Hoy se habla de padres y quiero traer a este sitio la foto de un padre al que admiro y la poesia de otro que me dio la vida y al que admirare siempre.
Esta su poesia refleja un duro momento de su infancia, un inedito poema doloroso y sumido en el olvido cosciente de quien quiso sobrevivir y murió en el intento... sea por mi siempre vivo padre:
CON NUESTRAS ALMAS EN VILO.
Postrados,
con el dolor mordiendo
nuestras almas en vilo, el aire por la estancia diluÃa esperanzas y miedos. Ya no quedan lágrimas para aliviar nuestra pena. Una imagen: la sobada estampa de una Virgen vernácula. La velilla encendida de una lámpara de aceite chisporroteaba misteriosos presagios con su flamÃgero titilar danzante. La oración que musita, fervorosa, mi madre vuela por la celosÃas de la ventana hacia la inmensidad de los Cielos como el susurro anhelante de una súplica de amor desesperada. Todo nos sobresalta: el chirrido de una puerta que se abre, el leve indefinido ruido que irrumpe de no se sabe dónde, el cantar de un gallo, el ladrido de un perro, el silbo del viento. Todo augura algo: temores y esperanzas en la angustiosa incertidumbre que consume tiempo... y vida. Regresó mi padre. Pálido, demacrado, marcado por el desengaño, el escepticismo, la injusticia, la guerra... pero volvió y creo que de los Cielos escucharon los fervientes ruegos de mi madre porque, en nuestra pequeña terráquea parcela, campaba la Muerte morbosa del triunfo. Manuel Ordóñez Sánchez.Foto recomendada: Mercadillo fotográfico en Kowasa, de Martin Gallego (en lFotos Imperfectas)
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