Malos vientos.
I
Convirtiéronse los campos en parameras.
Se calcinó la rosa.
Los pueblos y las aldeas se sumieron
por las lobregueces del miedo.
El ruiseñor huía
lleno de salivazos homicidas
por los remolinos del viento.
!Malos vientos!...
Mil lenguas viscosas lamían la tierra
succionando sangre
y un huracán de envenenadas iras
emponzoñó a nuestra sufrida España
enredándola
por los enconados tentáculos
del odio y la rencilla
-perversidad de instintos
libres de la justicia huida y maltratada.
Y se enarboló la Cruz como bandera,
a Dios se invocó
-cuánto cinismo, Dios-
para vertir la sangre en torrenteras
en una lucha fraticida, inútil,
absurda y sin sentido.
Manuel Ordóñez Sánchez.
(Primer poema de cuatro que aluden a los horrores vividos, de niño, en los primeros momentos de la guerra civil española).
Foto recomendada: Barcelona, 14-7-2018, de Martín Gallego (en fotos imperfectas)
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